viernes, 25 de abril de 2014
martes, 22 de abril de 2014
miércoles, 21 de agosto de 2013
Cultura
Cultura
Analizan
expertos la relación de niños con las nuevas tecnologías
Especialistas del
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) estudian la transformación
de la relación entre los niños y adultos después de la revolución tecnológica,
donde se detecta una línea en la que antes el menor carecía de derechos y era
visto como inocente e indefenso, ahora es considerado como "actor
social".
Esta investigación es llevada a cabo por la
investigadora de la Dirección de Estudios Históricos (DEH), María Eugenia
Sánchez Calleja, y el experto de la Dirección de Etnología y Antropología
Social (DEAS), Jesús Antonio Machuca Ramírez, explicó en un comunicado el INAH.
Los especialistas
coinciden en que a lo largo del tiempo han surgido cambios en los que al niño
se le concebía como un ser inocente e indefenso, y en la actualidad goza de
atención especializada, además que sus opiniones son tomadas en cuenta en casa
y en la escuela.
También destacan los
investigadores que su capacidad para interactuar con las nuevas tecnologías.
"Tienen acceso a
las nuevas tecnologías, por lo que podemos decir que nacen y se desarrollan en
un ambiente tecnologizado. Están en Internet desde muy pequeños y no se
sorprenden del uso de la pantalla táctil. Con el Nintendo comenzó el
entrenamiento de los infantes a lo que se vive ahora", menciono María
Eugenia Sánchez.
Añadió que la
computadora, los teléfonos celulares e Internet permiten a los menores estar conectados
con el conocimiento y la información; no obstante, estos aparatos los exponen a
la violencia y contenidos no aptos para su edad, por lo que es necesaria la
supervisión constante de los padres, recomendó.
Opinó que gracias a la
influencia de la psicología y pedagogía, ya se toma en cuenta la opinión de los
infantes, tanto en la casa como en la escuela, pero muchas veces se ha caído en
el extremo.
"Ahora a los niños
no se les puede reprender, no se les puede tocar, pero creo que la
socialización requiere de normas y directrices. Esto no quiere decir que se
justifique el maltrato, eso es otra cosa, pues el infante ya es sujeto de
derechos y dueño de una voz propia".
Agrego que "una
realidad es que esos niños deben moverse más, hacer ejercicio, y esto no
significa pelearse con la tecnología. En nuestro país, por desgracia, la
educación está tan rezagada que Internet se ha convertido en fuente valiosa de
información".
La experta, quien desde
hace 10 años impulsa coloquios de expertos nacionales y extranjeros sobre el
tema, recomendó tomar en cuenta que las transformaciones en torno al cuidado,
atención y desarrollo del niño a lo largo de siglos pasados han sido enormes.
Por ello, añadió que
"en México la historia de la infancia es aún un campo fértil para la
reflexión y el análisis histórico sobre un miembro de la célula familiar
prácticamente olvidado en la historiografía nacional".
Comentó que después de
la Revolución Mexicana, comenzó a darse importancia a los derechos de los
niños; en 1921 se celebró en la ciudad de México el Primer Congreso Mexicano
del Niño, que dio como resultado, entre otras cosas, la educación básica
obligatoria y la creación del Tribunal para Menores.
Por su parte, Antonio
Machuca puntualizó que "Las nuevas tecnologías, tienen efectos que no se
pueden atribuir sólo a la técnica en sí misma. Siempre están de por medio las
condiciones sociales bajo las cuales se aplica. Los efectos suelen ser, en
distinto sentido, positivos y adversos".
De los primeros
"está el desarrollo de nuevas destrezas y facultades cognitivas que hace
posible la digitalidad, para la que, además, los niños muestran una facilidad
de aprendizaje y dominio impresionantes, la posibilidad de una conexión con el
mundo a través de Internet.
"Entre los efectos
adversos están los del aislamiento que fomentan las nuevas tecnologías: el
desapego, la falta de un contacto físico y directo con los demás en un medio
que requeriría de mayor sociabilidad. Hay una reducción del campo visual y una
sedentarización que los aleja del desarrollo físico", consideró el
investigador de la DEAS.
Ponderó que se debe
buscar un balance para lograr un equilibrio entre el aprendizaje, las nuevas
tecnologías y otros sistemas de enseñanza.
"Lograr un
equilibrio entre las formas de aprendizaje, combinando las ventajas indudables
de las nuevas tecnologías, con otros sistemas que implican la manualidad
artesanal multilateral y facilitan el llamado conocimiento implícito (que es
fuente de desarrollo de la inteligencia), así como la motricidad".
Sin embargo, consideró
que aunque la infancia disfruta de protección específica como parte de los
derechos humanos, "muchos niños en el mundo se hallan en la pobreza
extrema y son objeto de maltrato de todo tipo, incluso esclavizados, así como
reclutados en los grupos que contienden en numerosas guerras", finalizó.
miércoles, 14 de agosto de 2013
El sueño en los niños.
HÁBITOS DE SUEÑO
Cuánto necesitan dormir los niños según su edad
Durante la primera infancia, los niños dedican la mayor parte de su tiempo a dormir. Hasta los dos años pasan unas 9.500 horas durmiendo (13 meses) y 8.000 despiertos. Igual que los adultos, cada pequeño tiene su propio ritmo y sus necesidades de sueño.
Entre los dos y los cinco años, los niños están la mitad del tiempo despiertos y la mitad durmiendo. Y durante el resto de la infancia, y hasta la adolescencia, el sueño ocupa el 40% del día. Es esencial que los pequeños duerman al menos 10 horas cada noche en sus primeros años de vida.
Influye en la escuela:
Un estudio realizado en Canadá que analiza a 1.492 familias con niños de 0 a 6 años de edad, relaciona el tiempo que duermen los pequeños con su capacidad de aprendizaje, la aparición o no de comportamientos hiperactivos y el desarrollo del lenguaje.
Los niños que pierden horas de sueño de manera crónica tienen peor rendimiento escolar cuando inician la etapa de Primaria y un desarrollo del lenguaje más lento.
Esto se produce porque cuando un niño duerme menos horas de las que necesita, se está perdiendo una parte del sueño REM. Esta fase del sueño es muy importante para que el pequeño grabe en su memoria lo aprendido en el día y para que su cerebro se recupere y esté más predispuesto a aprender cosas nuevas. Por eso, es esencial que los niños duerman al menos 10 horas cada noche durante los primeros años de vida.
Horas que necesitan según su edad:
Hasta el año. El recién nacido duerme de 16 a 17 horas: 9 horas por la noche y el resto por el día. Con el tiempo las horas de sueño se reducen. A los tres meses, el bebé necesita descansar 15 horas y al cumplir un año 13 ó 14: 11 horas de noche y 3 por el día.
De 1 a 3 años. Cada niño debería dormir entre 10 y 13 horas al día.
Entre el segundo y el tercer año, la mayoría de los niños abandonan la siesta.
Entre el segundo y el tercer año, la mayoría de los niños abandonan la siesta.
Entre los 4 y 5 años. Duerme de 10 a 12 horas por la noche. Ya no necesitan la siesta, pero es bueno que descanse un ratito después de la comida.
A partir de los 6 años. Las necesidades de sueño van disminuyendo una hora cada año.
Entre los 6 y los 8 años, el niño necesita de 11 a 12 horas de sueño, y con 10-12 años, unas 10 horas.
Entre los 6 y los 8 años, el niño necesita de 11 a 12 horas de sueño, y con 10-12 años, unas 10 horas.
Psicología infantil
Psicología
Infantil
Los
niños viven un periodo de rápido crecimiento y desarrollo que representa una
clara diferencia frente a la relativa estabilidad de los adultos. Además de los
cambios físicos asociados con la maduración, existen importantes cambios
sociales, cognitivos y comporta mentales que tienen profundas repercusiones
para la psicopatología infantil y su tratamiento.
La edad se presenta como uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta, en la consideración y pronóstico de una conducta infantil, dado que lo que puede resultar como absolutamente normal en una edad determinada puede que ya no lo sea en otra edad (pelearse, mojar la cama, miedos o actividad sexual). Conductas de este tipo son consideradas de un modo muy distinto y tienen un pronóstico diferente según la edad del niño que las manifiesta. De hecho la mayoría de los síntomas de los trastornos infantiles son comportamientos adecuados, o por lo menos típicos en las primeras etapas del desarrollo (hiperactividad, inquietud e incluso agresión). Por ejemplo, los estudios epidemiológicos de niños normales muestran que los padres informan que aproximadamente la mitad de los niños son inquietos hiperactivos y distraibles; los síntomas más característicos del trastorno de hiperactividad con déficit atencional.
La edad se presenta como uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta, en la consideración y pronóstico de una conducta infantil, dado que lo que puede resultar como absolutamente normal en una edad determinada puede que ya no lo sea en otra edad (pelearse, mojar la cama, miedos o actividad sexual). Conductas de este tipo son consideradas de un modo muy distinto y tienen un pronóstico diferente según la edad del niño que las manifiesta. De hecho la mayoría de los síntomas de los trastornos infantiles son comportamientos adecuados, o por lo menos típicos en las primeras etapas del desarrollo (hiperactividad, inquietud e incluso agresión). Por ejemplo, los estudios epidemiológicos de niños normales muestran que los padres informan que aproximadamente la mitad de los niños son inquietos hiperactivos y distraibles; los síntomas más característicos del trastorno de hiperactividad con déficit atencional.
La
edad también ha de ser tenida en cuenta a la hora de determinar si se ha de
intervenir, la elección del tipo de tratamiento y cuándo se ha de intervenir.
Esto supone una tarea complicada debido a los cambios sistemáticos en los
patrones comporta mentales y emocionales que se suceden en el curso del
desarrollo.
LA
INTERACCIÓN - PADRES-HIJOS
Para
mantener una buena relación es necesario que la comunicación sea buena y este
siempre abierta.
- Hablar no lo es todo. Es mejor hablar en un
tono de voz bajo pero que conlleve una consecuencia real.
- Las tácticas para desarrollar una buena
comunicación deben adaptarse a la edad y madurez del niño/a.
El
orden adecuado para fomentar una buena comunicación es pasar de más
consecuencias con menos palabras cuando son pequeños, y a más palabras con
menos consecuencias a medida que se acerca al periodo de la adolescencia.
En
general, lo mejor es usar más DIRECCIÓN con un niño/a pequeño
y más COMUNICACIÓN con un niño/a más mayor.
Cómo
hablar al niño/a
- Mírale a los ojos y fomenta que tu hijo/a
también te mire así a ti. Si a tu hijo/a le cuesta puede ser útil jugar en otro momento
al "Juego de las miradas ".
- No olvides elogiarle cuando lo haga.
- Háblale con voz firme y relajada.
- Utiliza frases sencillas. Y evita discursos.
- Explica a tu hijo/a los sentimientos que
producen en tí sus acciones o actitudes en fugar de criticarle
directamente (además de establecer consecuencias cuando sea necesario): "me enfado mucho cuando dejas tus
juguetes sin recoger y tengo que recogerlos yo", " me enfado
mucho cuando tardas mucho en comer y tengo que esperar para recoger la
cocina y no puedo estar luego contigo leyéndote un cuento",...
- Aprende a utilizar frases en 1a persona
en lugar de en 2a. De esta manera se evitan las críticas y culpabilizar al
niño/a y no dejas de expresar tus emociones con eficacia.
- Di lo que piensas y piensa lo que dices.
Cómo
entender a nuestros hijos
A
continuación ofrecemos algunas ideas que puedan servir de guía para una buena
relación padres e hijos:
- Padres e hijos no son iguales en todos los
aspectos. La única diferencia es la natural dependencia del niño en
relación con la seguridad, el apoyo y la alimentación, que otorga a los
padres una responsabilidad natural sobre amplias áreas de la vida del
niño.
- Los padres que castigan a los niños que no se
comportan como se espera de ellos, no son "malos padres". El
castigo sólo es malo cuando:
- No sirve para cambiar el comportamiento de un
niño
- Acarrea consecuencias no deseadas para el
niño
- Los padres promueven el sentido de la
seguridad en los niños cuando dicen exactamente lo que pretenden, cuando
lo dicen claramente y cuando son coherentes y predecibles en su
comportamiento.
- Un niño puede desarrollar su sentido de la
responsabilidad sólo cuando se le considera responsable de sus actos. Este
sentido de la responsabilidad puede y debe ser enseñado por los padres.
- La autoridad paterna no tiene porqué ejercerse
de manera abusiva, mezquina, dura o dañina para el niño. No obstante, la
autoridad corresponde a los padres.
- La mayor parte de las dificultades entre
padres e hijos surgen de la lucha que se establece por disponer de poder y
control. Los padres deben saber cómo ganar esta batalla cuando sea
necesario, de modo que puedan otorgar poder a sus hijos cuando sea más
aconsejable.
Las
claves para resolver la mayoría de las dificultades que los padres tienen con
sus hijos consisten en establecer unas normas, marcar las consecuencias que se
derivan de la ruptura de esas normas y utilizar una disciplina coherente.
Las
normas efectivas contribuyen a que el niño se sienta seguro, de modo que no
tenga que comportarse mal.
Un
conjunto de normas define cuales son las relaciones entre los miembros de la
familia, ofrece pautas para tomar decisiones y proporciona ideas sobre cómo
deben producirse los cambios dentro de la familia. El procedimiento de
establecer normas y límites para los niños no es inamovible pues deben irse
ajustando a las circunstancias cambiantes como el crecimiento físico, la
maduración intelectual y afectiva y las nuevas condiciones de la vida familiar.
Si en la familia no se produce un proceso semejante, El caos resultará
inevitable. Todos sus miembros sentirán inseguridad y ansiedad cuando existan
falta de entendimiento y confusión en cuanto al papel que cada uno debe jugar
para tener un comportamiento adecuado.
Los pasos a seguir para establecer normas son:
Observar
cuidadosamente a los hijos
La
mera presencia de los padres hace que el comportamiento de un niño no sea
realmente el que tendría. Para entender esos "otros" comportamientos
debemos ser capaces de observar a los niños sin que éstos se den cuenta de
nuestra presencia. También preguntar a amigos o parientes qué les parece el
comportamiento de su hijo. Cuando se observa a un niño lo que si hay que evitar
es la tendencia a ser únicamente las cosas que hace mal, en lugar de observar
su comportamiento general.
Una
de las principales dificultades que experimentan los padres cuando observan a
sus hijos deriva de sus deseos de intervenir en su comportamiento. Si usted quiere
que su hijo se comporte "adecuadamente", recuerde que una
intervención desafortunada sólo puede conseguir un comportamiento indeseado.
Analizar las situaciones problemáticas
En
primer lugar, averigüe cual es el problema. La mejor manera de definir un
problema es identificar un comportamiento que desee cambiar.
Una
de las tentaciones que más frecuentemente sufren los padres al definir un
problema consiste en querer modificar el estado emocional o los sentimientos
del niño. Lo más eficaz, por el contrario, es tratar de modificar el
comportamiento. Si se consigue modificar un comportamiento, la mayoría de las
veces cambia también el estado emocional que sustentaba ese comportamiento.
Una
vez definido el problema, el paso siguiente será analizarlo. Para hacerlo
necesitamos toda la información que podamos reunir: ¿Cuándo ha surgido? ¿Cómo?
¿Cuáles son sus consecuencias? ¿Qué parte de él nos corresponde? ¿Cómo
reaccionamos? ¿Entendemos por qué reaccionamos de ese modo? ¿Qué nos gustaría
hacer? ¿Cómo nos gustaría que se resolviese esta situación por si sola?. Para
analizar cada problema lo más conveniente es que los padres, entre sí o con
otra persona, sean capaces de hablar.
Tras
analizarlo, el siguiente paso consistirá en considerar las distintas posibilidades
para poder resolverlo. Después, convendrá revisar cada una de ellas teniendo en
cuenta si somos capaces de hacer lo que cada posibilidad exija, las
consecuencias probables que ello pueda tener en el niño y en nosotros mismos, y
también si la solución es razonable en cuanto se refiere a tiempo, energía y
dinero.
Establecer las normas
- Las normas deben ser razonables
- Los padres deben asegurarse de poder
distinguir cuando se ha cumplido la norma y cuando no.
- Hay que describir las normas con detalle
- Las normas deben establecer un límite de
tiempo
- Debe existir alguna consecuencia prevista si
se rompe el cumplimiento de una norma
Ser
coherentes al aplicarlas
La
coherencia es una manera de informar al niño de que los padres piensan
realmente lo que dicen. La aplicación coherente de buenas normas promoverá el
orden y la disciplina en la familia, dará seguridad y contribuirá a que todos
ofrezcan una mejor disposición.
Cómo
tomar decisiones sobre nuestro hijo
Los
padres a los que se les hace tan difícil tomar decisiones respecto a sus hijos
no tienen confianza en cómo debe actuarse.
Para
ciertos padres, cualquier resultado que no sea una comprensión inmediata y
espontánea o una respuesta efectiva a las dificultades, es señal de su
incapacidad personal. Esto es una auténtica tontería, NADIE HA NACIDO SIENDO
PADRE. Por el contrario, ser padre es algo que se aprende.
No
resulta sencillo adoptar decisiones sobre cómo proceder con los hijos. Tenemos
que hacer lo que podamos con lo que tenemos. Como padre, usted necesitará
disponer de tiempo para sentarse tranquilamente a analizar las dificultades de
sus hijos y para decidir qué hacer.
Cuando
los padres se muestran indecisos en relación con sus hijos, éstos lo perciben y
ello afecta a sus sentimientos de seguridad y de bienestar.
Si nos
equivocamos al escoger, padres e hijos seguimos juntos y podemos así corregir
los errores cometidos en el pasado. Esta voluntad de actuar con decisión,
incluso ante la posibilidad de cometer errores, es lo que permite al adulto
adquirir cierto grado de confianza, la que a su vez le proporcionará la
capacidad de corregir sus errores.
Los
padres que se muestran indecisos ofrecen a sus hijos una inmejorable
oportunidad para ser caprichosos y dominantes creando un clima de tensión cada
vez mayor.
Cuando
los padres están además dispuestos a admitir sus errores y a aprender de ellos,
también están creando el clima necesario para que los hijos, a su vez, admitan
sus propios errores y aprendan de ellos.
Observar su comportamiento
Cuando
el niño/a empieza a actuar repentinamente de una forma distinta, es muy posible
que intente comunicar algo.
Miguel
de 8 años se había vuelto destructivo, rompía juguetes y cosas de la casa. Se
descubrió que estaba muy preocupado por la salud de su padre, que era precaria,
pero de la que nunca se hablo en su presencia. Con ayuda, fue capaz de expresar
sus sentimientos y dejar de manifestar sus miedos.
Ayudarle
a Expresar sus Emociones.
El
proceso de enseñar a un niño/a a definir y expresar sus emociones es lento y
supone mucha insistencia.
Con
los niños muy pequeños es útil utilizar el "árbol del sentimiento". A
medida que el niño/a se hace mayor es útil utilizar expresiones como:
"Suena como si estuvieras enfadado con Juan"," Parece que te
preocupa algo. ¿Qué crees que es? ",... y fuego tras una corta charla
puede lograrse que el niño/a verbalice que está celoso,....
No
hay que olvidar tampoco que no sólo se le ha de enseñar a expresar sus
sentimientos sino que también se debe añadir una consecuencia a su
comportamiento.
Tiempo
para Escuchar.
Es muy
importante encontrar un rato diario para hablar con nuestros hijos, en el cual
nos cuenten lo que les ha pasado durante el día y sus sentimientos, de manera
que se sientan libres para darnos detalles.
martes, 13 de agosto de 2013
La importancia de la lectura en los niños
La importancia de la lectura en los niños pequeños
Por: Ana Laura
Delgado, directora general Ediciones Naranjo
La discusión sobre qué tanto o para qué le sirve la
lectura al niño es añeja y son muchas las respuestas. Hay quienes no le dan
valor alguno y hay otros que la consideran la gran solución, la panacea, que
incluso piensan que quien lee será mejor persona. Lo cierto es que los
beneficios de la lectura son personales, cada ser humano es individual e
irrepetible, y lo que a uno beneficie o perjudique de cierta manera al otro,
seguramente, le causará efectos muy distintos. Así pues no hay recetas ni
reglas escritas.
Aun así, siempre con tiento, y procurando no caer en
generalizaciones podemos enumerar muchos beneficios:
A través de la lectura podemos obtener información, nos
hace reflexionar, desarrollar la memoria, la capacidad de observación y la de
análisis, y nos obliga a poner atención, a concentrarnos.
Con la lectura ampliamos nuestro vocabulario, mejoramos
nuestra ortografía y aprendemos las estructuras sintácticas, con lo cual tanto
la expresión oral y como la escrita, se enriquecen, y con ello nuestra capacidad
de organizar conceptos, pensamientos, ideas, sensaciones y sentimientos, y
transmitirlos.
Al leer nos vemos obligados a seguir el curso de un
historia, la sucesión de ideas, a darles coherencia, a ubicar personajes y
escenarios, a establecer relaciones temporales y espaciales, con lo cual
desarrollamos la lógica y la agilidad de nuestra mente para establecer
conexiones.
Gracias a la lectura nos ponemos en contacto con lugares,
gentes y costumbres lejanas en el tiempo o en el espacio, lo cual nos lleva a
la recreación, a la fantasía, a experimentar lo que sienten o piensan otras
personas, a escuchar otras voces, a desarrollar el criterio, a aceptar la
diversidad y la pluralidad de opiniones, a entender la condición humana, a
ampliar horizontes.
La lectura aumenta nuestro bagaje cultural, nos
proporciona información y conocimientos, promueve nuestra curiosidad científica
y nos despierta nuevos intereses y aficiones.
Al estimular nuestros sentimientos y emociones, la lectura provoca el desarrollo de nuestra sensibilidad artística, del sentido estético, de la creatividad y de la capacidad de apreciar, y disfrutar el entorno.
Al estimular nuestros sentimientos y emociones, la lectura provoca el desarrollo de nuestra sensibilidad artística, del sentido estético, de la creatividad y de la capacidad de apreciar, y disfrutar el entorno.
La lectura nos hace gozar y sufrir, nos enriquece y nos
transforma, nos entretiene, nos relaja, nos divierte.
Aquí, cabe mencionar el papel que la literatura infantil
ilustrada juega en el desarrollo de ciertas habilidades. La ilustración, además
de estimular la fantasía en ciernes, es un recurso indispensable para el goce
estético de la literatura infantil. La imagen y la palabra son dos funciones
expresivas, que se reflejan y complementan tanto en el desarrollo de la función
idiomática como en la estética. El niño al enfrentarse a un texto ilustrado
desarrollará múltiples capacidades. En primer término a través de ella
descubrirá la relación entre el lenguaje visual y el lenguaje verbal, lo cual
lo llevará a realizar una serie de conexiones. Pero además, poco a poco,
imperceptiblemente, aprenderá a mirar, y esas imágenes entrarán en el
receptáculo de su mente y, junto con las imágenes del mundo que lo rodea, irán
enriqueciendo su bagaje, dándole elementos para el disfrute y la apreciación
estética.
Ahora bien, hay que decir que seguramente después de
todos estos argumentos, habrá quienes aún no queden convencidos de los
beneficios que reporta leer literatura. En la actualidad muchos se inclinan a
pensar que lo importante en la educación de los niños es aprender un segundo
idioma, estar al día en los avances tecnológicos como las computadoras, los
videojuegos, etc., tener un buen nivel en matemáticas. Es decir, todo aquello
que nos reporte un beneficio inmediato, que nos haga competitivos. Y es aquí
cuando hay que insistir en la importancia de la lectura, muchos analistas
plantean que la causa del fracaso de muchos sistemas educativos está
precisamente ahí, en la existencia de profesionistas, con grados de
licenciatura, maestría y doctorado, que leen libros de texto, que leen por
obligación, pero que no son lectores, o sea que leen mal, sin comprender
cabalmente y que a pesar de su alta escolaridad, no han adquirido el hábito y
no han descubierto el placer de la lectura. Pero, qué tiene que ver esto con el
aprendizaje; de hecho ya lo dijimos al mencionar todas las habilidades que la
lectura promueve, pero enfaticemos: en el mundo actual, lleno de información,
con herramientas cada vez más elaboradas para obtener información es necesario
que el individuo desarrolle habilidades cada vez más complejas para tratar con
cualquier tipo de información escrita; para realizar una lectura profunda; para
buscar un dato específico o efectuar una revisión somera; para rastrear una
idea, aprender a encontrar el dato que necesita, averiguar en la gran masa de
informaciones de muy diversa procedencia, cuál es la que le hace falta,
compararla con otra, seguir su rastro; sacar conclusiones parciales; buscar en
fuentes diferente; seguir los hilos de la información; volver sobre la
información reservada; repetir el ciclo una, diez veces; crear documentos
provisionales, difundirlos; recibir las realimentaciones de otros. Al final
—con suerte— comprender, resumir y, en última instancia, construir un
conocimiento. Sí, la lectura es la llave del conocimiento en la sociedad de la
información. Sin la habilidad lectora el individuo no podrá utilizar los
contenidos de esta sociedad de la información —cada vez más grande y
complicada— y construir con ellos un conocimiento que además luego puedan
comunicar. Y la lectura detenida y extensa es la que más forma los hábitos
lectores, los automatismos y las capacidades de una extracción eficiente de
información. Por no hablar de la articulación interior y de la capacidad del
diálogo con los otros. Para educar en la lectura siguen siendo necesarios los
libros, porque los libros son las mejores máquinas de leer.
De esta manera, los libros no van a salvar a la humanidad ni nos darán todas las respuestas, pero son la única herramienta para construir el conocimiento: la lectura nos hará, querámoslo o no, más competitivos.
De esta manera, los libros no van a salvar a la humanidad ni nos darán todas las respuestas, pero son la única herramienta para construir el conocimiento: la lectura nos hará, querámoslo o no, más competitivos.
Más allá de todo esto, en Ediciones El Naranjo sabemos
que los libros a veces son revelación, otras un simple placer sonoro, en
ocasiones un mero deleite visual, otras más, son como un espejo o la traducción
de una sensación, de una intuición, de una ocurrencia… y en muchas, muchas
circunstancias son todo eso y más. Hemos editado textos literarios —cuentos,
novelas y poesía—, textos instrumentales o informativos —sobre las bellas
artes, sobre el mundo animal o de historia—, y en el momento de producir cada
uno de ellos pensamos en todas estas posibilidades.
Así, en libros como ¡Ámame mamá!, No traces en
ese cartón, Ojo rojo, Dos círculos centrados, Un cuadrado, un
círculo y un triángulo, De nada tenemos tres, dirigidos a los más
pequeños,al deleite visual se suma el desarrollo de la imaginación y de la
capacidad de análisis y síntesis de conceptos relacionados con la vida
cotidiana del niño.
La sucesión rítmica y el juego de los sonidos, el fluir
de las palabras y su capacidad de sugerencia, la combinación de sílabas y
vocablos, la repetición, el placer de decir y de oír, en fin, la función lúdica
del lenguaje están presentes enRuge, Arrullo, Abrazo, ¿Qué cosa es esto?, Girando
la vida, El mago abuelo y su chango desaparecido, Digo de noche un
gato, Haikú. Todo cabe en un poema si lo sabes acomodar, Universo de
palabras, Saltatriz y Diminuto, Trenes, El mundo desde mi cometa, Ariles
y más ariles. Los animales en el son jarocho, y Zoóngoro bailongo. Cuentos
de raíz jarocha.
El deleite de la palabra también está Suspiros de
mar, Pessoa. Infancia sin fin,Corazón mío… Versos que laten, Zoológico
de greguerías y Hojas pequeñas del tiempo, pero además en ellos el
lector tendrá la posibilidad de conocer a grandes poetas de la literatura
universal que en ocasiones servirán de espejo a sus inquietudes, o serán revelación
de un mundo diferente o manifestación de sus propias sensaciones.
Nicalás dos veces, Tigre callado escribe poesía,
Conversaciones y discusiones y Una vez un bosque, cada uno en su
genero, son en sí mismos un espacio para la reflexión.
La armónica, La risa de los cocodrilos, Un pueblo lleno
de bestias, La bienvenida, El deseo de Tomás, El Cuentófago, Sucedió
en Alepo, El vértigo, Diario de un desenterrador de dinosaurios, El
arqueólogo Sebastián, Estrellas de vainilla y Para Nina remitirán
al lector, a través de la ficción, a sensaciones, ocurrencias, sentimientos o
ideas propias. Serán, pues, un espejo en el cual mirarse, un referente para
decir lo que cuesta tanto.
El nacimiento de las estaciones. El mito de Deméter y
Perséfone, El increíble viaje de Ulises y Sueño de una noche de
verano de una manera bella y sugestiva, buscan atraer de inmediato la
atención del lector a los clásicos, conectándolo con sus sensaciones,
sentimientos y vivencias, desarrollando sus posibilidades de comprensión y
expresión.
Finalmente la propuesta estética de ¿Jugamos al
teatro?, El mundo del teatro, El mundo de la danza, El mundo de
la pintura, Descifrar el cielo, y Construir nidos, cavar agujeros hace
que estos libros instrumentales tengan, además de su riqueza informativa, un
valor lúdico.
Fomentar la
lectura en los niños. Como empezar a crear el hábito.
Es muy importante fomentar en el niño el hábito de
la lectura, y es ideal comenzar a hacerlo desde muy pequeño, cuanto antes
empieces, mas facil será que lo adquiera.
El mejor momento para leerle, es cuando se va a la cama y
es conveniente hacerlo al menos durante 15 minutos al día.
Así el niño comenzará a hacerse el hábito de la lectura y
será más factible que de grande le guste leer. Cabe recordar que los niños
lectores, tienen luego menos falta de ortografías que aquellos que no
practican la lectura y que se mejora la comprensión lectora.
Para ayudarte en la tarea de formar el hábito de la
lectura en tu hijo puedes tomar nota de los siguientes consejos:
- Sostenlo en brazos o siéntalo en tu regazo al momento de leerle, permítele tocar el cuento y que te ayude a pasar las hojas.
- Sostenlo en brazos o siéntalo en tu regazo al momento de leerle, permítele tocar el cuento y que te ayude a pasar las hojas.
- Trata de hacer divertida la lectura, utilizando diferentes tonos de voz para los distintos personajes y haciendo expresiones con todo el cuerpo.
- Habla sobre las ilustraciones, de esta manera el niño comprenderá mejor de que se trata el cuento
- Muéstrale al niño las palabras, al leer recorre las palabras con el dedo, de esta manera tu hijo comenzará a tener contacto con las letras
- Conforme vaya creciendo, es recomendable que vea ese
hábito en casa. "si tu lees, ellos
leen".
Los Valores en los Niños
Los niños aprenden
del ejemplo de sus padres, por lo tanto si deseamos que nuestros hijos sean
niños educados y que practiquen los valores humanos debemos poner de
nuestra parte dando el buen ejemplo.
A continuación les presentamos los 10 valores que los niños
deberían saber para tener éxito en sus relaciones interpersonales y en la
escuela.
1. Amistad
Todos los padres
saben que la elección de un amigo es fundamental para los hijos. La amistad
tiene sus exigencias: Franqueza, apertura, capacidad de aceptar críticas y
halagos, lealtad, sacrificio.
2. Autodisciplina
Es imprescindible
para mantener el control sobre nuestra vida y desarrollo. Es indispensable
para poder conseguir los objetivos propuestos en la escuela o en la casa.
3. Compasión
Es un valor que
tiene en cuenta la realidad de otras personas. Es bondad, benevolencia,
amistad.
4. Coraje
El coraje consiste en
saber qué es lo que se debe temer. El coraje en las personas bien formadas,
sale a relucir frente a las injusticias.
Los padres deben
fomentar también este valor, pues ayudara a los hijos a sacar fuerzas de
las flaquezas. Les enseñará a luchar fuerte, en lo que consideran retos de
estudios, trabajos o relaciones.
5. Fe
Es la virtud que
añade una dimensión trascendente a la vida moral de la humanidad y une a la
gente, de una manera inimitable por otros medios. Los padres deben
inculcar a sus hijos, desde pequeños, los principios de la fe, para
que estén preparados para que cuando llegue la edad de tomar
decisiones puedan distinguir lo bueno y lo malo de lo que se les ofrecen.
6. Honestidad
Es la capacidad de
decir y hacer la verdad. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los
demás, pero necesita práctica y estudio para conseguir la integridad.
Los padres deben
enseñar con su propio ejemplo todas las variantes de la honestidad.
7. Lealtad
La lealtad es la
verdadera unión con la familia, religión, amigos, profesores y grupos con los
que hemos decidido identificarnos. Siempre intentaremos que la lealtad sea
mutua.
8. Perseverancia
La perseverancia es
crucial para el éxito, si está unida a la inteligencia práctica. Ha sido
siempre un ingrediente esencial para el progreso humano.
9. Responsabilidad
Significa tener la
capacidad, madurez y responsabilidad de responder de nuestros
actos. Las personas maduras, son las que se hacen cargo de si mismas
y de sus conductas.
Educar a los hijos en
la responsabilidad empieza, desde muy pequeños en la casa, con el cumplimiento
de pequeñas tareas.
10. Trabajo
El trabajo es el
esfuerzo aplicado, en aquello a lo cual nos dedicamos para lograr algo. No es
la tarea con la cual nos ganamos la vida, si no aquello que hacemos con nuestra
vida.
Para ayudar a nuestros hijos a que sean felices
y que disfruten de la vida, necesitamos ofrecerles dos cosas: La práctica
en hacer varias cosas que requieran un nivel de esfuerzo y compromiso,
compatible con cierta inversión personal en la actividad y el ejemplo de
nuestra propia vida.
miércoles, 7 de agosto de 2013
Valores
Los valores son los elementos esenciales que determinan el curso de nuestra vida.
Es necesario inculcar valores importantes en los niños,
para ayudarles a crecer en mejores seres humanos.
Es necesario inculcar valores importantes en los niños,
para ayudarles a crecer en mejores seres humanos.
martes, 6 de agosto de 2013
Bebé de un año juega Angry Birds
EL IMPACTO DE LAS TIC A TEMPRANA EDAD
En esta época la tecnología, está jugando un papel muy importante con nuestros niños,desde temprana edad , es un fenómeno que lo podemos encontrar a nivel mundial, su rapidez con la que aprenden nuestras distracciones, juegos y nuestra forma de aprender y de navidad porque en esa época se pedían piden celulares entre otros aparatos tecnológicos. de una bebé de dos años que no muy lejano, todo a nuestro alrededor hasta los dibujos animados que ven les enseñan sobre |
La adaptación al Jardín de Infantes
La Adaptación al Jardín de
Infantes
El jardín abre al bebé las puertas
de un nuevo mundo, ya que supone la sociabilidad y el contacto con otros
ajenos a la propia familia. Aquí, algunas pautas para que la transición sea
armoniosa.
Despertarse más temprano, partir
de casa todas las mañanas o las tardes y dejar de ser el “rey de la casa”
para entrar en permanente contacto con otros chicos son sólo algunos de los
desafíos que enfrenta el bebé cuando comienza a asistir a un jardín de
infantes. Los padres, por su parte, no sólo deben adaptarse a esta nueva
situación, sino que sienten la enorme responsabilidad de tener que elegir
cuál es el mejor lugar para reemplazar por unas horas su hogar.
De acuerdo con UNICEF: “El
jardín cumple una función muy importante en el desarrollo del niño, ya que
completa la acción educadora de la familia. En el jardín, los chicos aprenden
a compartir con otros, a conocer sus posibilidades y limitaciones, enriquecen
su lenguaje, incorporan hábitos, etc. Y todo eso es sumamente beneficioso
para su vida y su futuro desempeño en la escuela”.
La Famosa Adaptación
El comenzar el jardín supone la
adaptación del niño a este nuevo ambiente. Para la adaptación no existe
una receta mágica, ni un manual de instrucciones que podamos aplicar.
Teniendo en cuenta que cada niño es diferente y que son sus
papás quienes lo conocen mejor, la adaptación no será un hecho que se dé
de un día para el otro, sino un proceso gradual y progresivo, a veces con
altibajos y que, además, puede durar semanas. Es una situación activa llena
de emociones, miedos, ansiedad, dudas y deseos que se dan simultáneamente.
Para el chico supone un mundo lleno de incertidumbres. Por un lado está el
deseo de rodearse y conocer compañeritos y, por el otro, el temor a separarse
de mamá, papá, una abuela o alguna persona de su confianza.
La Lic. María Elena
Manso, psicopedagoga clínica, afirma: “El inicio del jardín siempre supone el
primer contacto de socialización, el momento en que por lo general el niño
sale por primera vez del núcleo familiar. Allí empezarán las pautas y las
normas. Un niño a los 20 meses es totalmente egocéntrico (no por egoísta sino
porque necesariamente se encuentra centrado en sus propias necesidades
desde el punto de vista psicológico) y la situación del jardín lo obliga a
aprender a compartir. A esta edad, los chicos quieren todo para ellos, lo que
a veces puede dificultar la convivencia armoniosa con otros. Y no es raro que
se generen peleas y llantos en el grupo”.
Pero no todos los niños se adaptan
de igual manera y al mismo tiempo. “Si hablamos de un niño de 20 meses, la adaptación
no será de menos de dos o tres semanas hasta que se habitúe al ritmo. El que
va a dar la pauta es el mismo chico, por lo que, como padres, debemos estar
muy atentos a las señales que nos manda. Si se angustia, llora más de lo
común, se enferma o da trabajo para comer es señal de que el chico no está
bien y puede generarse un efecto no deseado, que es el de la
sobreadaptación”, explica la psicopedagoga y agrega: “Esto significa que el
chico se termina adaptando por fuerza pero sin disfrutar de la nueva
actividad. Por eso hay que ser extremadamente cuidadosos porque la primera
adaptación al jardín supone la matriz de la relación futura del niño con el
aprendizaje”, concluye. En estos casos, lo que se aconseja es que el período
de adaptación se prolongue hasta que se lo vea bien. Naturalmente sin
experiencia previa es muy difícil para una madre saber si su hijo se está
adaptando bien al jardín, por eso es tan importante confiar en la experiencia
de la maestra y de la institución elegida.
Manuela y Agustín son papás de
María, de dos años, que empezó el jardín hace sólo unos meses: “María es
súper sociable, pero le costó adaptarse al hecho de tener que compartir
permanentemente con otros. Al no tener hermanitos, me parece que no estaba
obligada a hacerse un lugar –afirma Agustín- Al principio hacía unos
berrinches terribles, pero ahora está muy contenta de ir al jardín todos los
días, parece que lo disfruta y se hizo varios amiguitos”, cuenta orgulloso.
Algunas pautas para tener en
cuenta para favorecer la adaptación los primeros días:
- Lo primero que hay que
hacer es acompañarlo a recorrer el ambiente físico del jardín para que no le
resulte extraño cuando se quede solo. El baño, el bebedero, la salita.
- También es importante que
conozca con tiempo a la maestra para que se familiarice con ella.
- Si el chico se separa de
sus padres por primera vez, durante un tiempo necesitará que se lo
tranquilice más que a un niño mayor o más experimentado.
- Se lo deberá preparar para
“el gran día” y hablar de la experiencia del jardín como muy positiva.
- Durante los primeros días
sería conveniente que papá o mamá se queden en la sala o fuera de ella pero a
la vista del chico, para que el bebé se adapte al juego. Esta graduación
(tiempo dentro de la sala, tiempo fuera) la supervisa y dirige cada maestra
en función de su experiencia, de las directivas de la institución en la
que trabaja y en función del proceso de todo el grupo de niños que tiene
a su cargo.
- Conviene reforzar al
niño que se lo volverá a buscar sin falta.
- A la hora de la adaptación,
también puede ser útil que se le permita asistir al jardín con algún juguete
o su mantita preferida, como forma de llevar al ambiente nuevo un elemento
conocido. Esto debe ser consultado con las maestras, porque muchas no favorecen
esta práctica ya que puede incitar a las peleas por juguetes entre los niños.
Un dato importante: Una vez
concluida la fase de adaptación, las despedidas de los padres cuando dejan a
su hijo en la sala deben ser firmes, alegres y breves. Hay que evitar algo
que Ana, maestra jardinera, marca como un error por parte de los padres y que
confunde a los chicos: “Son muchos los padres que hacen sus despedidas
demasiado largas. Vacilan, vuelven para otro beso más. El niño dice: `Eh,
tampoco mamá quiere dejarme aquí´. Los papás deben demostrar una confianza
que indique: `Te estoy dejando en un buen lugar´”.
Conviene tener presente que cuando
llega la etapa del jardín no es sólo el chico el que deberá afrontar el
cambio. Para los papás también supone un cambio y una adaptación. Si la hacen
juntos, dialogando en familia y hablando de las sensaciones que esto les
genera, el margen para la angustia será mucho menor y las posibilidades de
éxito se incrementarán notablemente.
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lunes, 5 de agosto de 2013
Los niños aprenden lo que viven
Los niños aprenden lo
que viven.
Si un niño vive
criticado.
Aprenderá a condenar
Si un niño vive con hostilidad.
Aprenderá a pelear.
Si un niño vive avergonzado
Aprenderá asentirse culpable.
Si un niño vive alabado
Aprenderá a apreciar.
Si un niño vive con honradez
Aprenderá a ser justo.
Si un niño vive con seguridad
Aprenderá que es fe.
Si un niño vive con aprobación
Aprenderá a quererse a si mismo.
Si un niño vive con cariño y amistad
Aprenderá a encontrar amor en el mundo.
Aprenderá a condenar
Si un niño vive con hostilidad.
Aprenderá a pelear.
Si un niño vive avergonzado
Aprenderá asentirse culpable.
Si un niño vive alabado
Aprenderá a apreciar.
Si un niño vive con honradez
Aprenderá a ser justo.
Si un niño vive con seguridad
Aprenderá que es fe.
Si un niño vive con aprobación
Aprenderá a quererse a si mismo.
Si un niño vive con cariño y amistad
Aprenderá a encontrar amor en el mundo.
CARTA DE UN NIÑO PARA TODOS LOS PADRES DEL MUNDO
CARTA
DE UN NIÑO PARA TODOS LOS PADRES DEL MUNDO
NO me des todo lo que pido.
A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo recibir.
NO me grites.
Te respeto menos cuando lo haces
y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
NO me des siempre órdenes.
Si en vez de órdenes a veces me pidieras las cosas
yo lo haría más rápido y más a gusto.
Cumple las promesas, buenas o malas.
Si me prometes un premio dámelo, pero también si es un castigo.
NO me compares con nadie,
especialmente con mi hermano o hermana.
Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir,
y si me haces lucir peor que los demás, seré yo quién sufra.
No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer,
decídete y mantén esa decisión.
Déjame valerme por mí mismo/a.
Si haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
NO digas mentiras delante de mí,
ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro.
Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
Cuando yo haga algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice,
a veces, ni yo mismo lo sé.
Cuando estés equivocado en algo admítelo
y crecerá la opinión que tengo de ti
y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos,
ya que porque seamos familia,
eso no quiere decir que no podamos ser amigos también.
NO me digas que haga una cosa si tú no la haces,
yo aprenderé y seré siempre lo que tú haces, aunque no lo digas,…
pero nunca haré lo que tu dices si no lo haces.
Enséñame a Amar y a conocer a Dios,
no importa si en el colegio también me quieren enseñar,
porque de nada vale si yo veo que tú ni amas ni conoces a Dios.
Cuando te cuente un problema mío NO me digas:
“No tengo tiempo para bobadas” o “Eso no tiene importancia”.
Trata de comprenderme y ayudarme.
Quiéreme y dímelo.
A mí me gusta oírtelo decir,
aunque tú no creas necesario decírmelo.
En definitiva, habla conmigo,
el diálogo entre nosotros es siempre lo más importante.
(Autor Anónimo)
A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo recibir.
NO me grites.
Te respeto menos cuando lo haces
y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
NO me des siempre órdenes.
Si en vez de órdenes a veces me pidieras las cosas
yo lo haría más rápido y más a gusto.
Cumple las promesas, buenas o malas.
Si me prometes un premio dámelo, pero también si es un castigo.
NO me compares con nadie,
especialmente con mi hermano o hermana.
Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir,
y si me haces lucir peor que los demás, seré yo quién sufra.
No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer,
decídete y mantén esa decisión.
Déjame valerme por mí mismo/a.
Si haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
NO digas mentiras delante de mí,
ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro.
Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
Cuando yo haga algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice,
a veces, ni yo mismo lo sé.
Cuando estés equivocado en algo admítelo
y crecerá la opinión que tengo de ti
y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos,
ya que porque seamos familia,
eso no quiere decir que no podamos ser amigos también.
NO me digas que haga una cosa si tú no la haces,
yo aprenderé y seré siempre lo que tú haces, aunque no lo digas,…
pero nunca haré lo que tu dices si no lo haces.
Enséñame a Amar y a conocer a Dios,
no importa si en el colegio también me quieren enseñar,
porque de nada vale si yo veo que tú ni amas ni conoces a Dios.
Cuando te cuente un problema mío NO me digas:
“No tengo tiempo para bobadas” o “Eso no tiene importancia”.
Trata de comprenderme y ayudarme.
Quiéreme y dímelo.
A mí me gusta oírtelo decir,
aunque tú no creas necesario decírmelo.
En definitiva, habla conmigo,
el diálogo entre nosotros es siempre lo más importante.
(Autor Anónimo)
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