Nuestras Huellitas

Nuestras Huellitas

miércoles, 21 de agosto de 2013

Cultura


Cultura
Analizan expertos la relación de niños con las nuevas tecnologías

Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) estudian la transformación de la relación entre los niños y adultos después de la revolución tecnológica, donde se detecta una línea en la que antes el menor carecía de derechos y era visto como inocente e indefenso, ahora es considerado como "actor social".



Esta investigación es llevada a cabo por la investigadora de la Dirección de Estudios Históricos (DEH), María Eugenia Sánchez Calleja, y el experto de la Dirección de Etnología y Antropología Social (DEAS), Jesús Antonio Machuca Ramírez, explicó en un comunicado el INAH.
Los especialistas coinciden en que a lo largo del tiempo han surgido cambios en los que al niño se le concebía como un ser inocente e indefenso, y en la actualidad goza de atención especializada, además que sus opiniones son tomadas en cuenta en casa y en la escuela.
También destacan los investigadores que su capacidad para interactuar con las nuevas tecnologías.
"Tienen acceso a las nuevas tecnologías, por lo que podemos decir que nacen y se desarrollan en un ambiente tecnologizado. Están en Internet desde muy pequeños y no se sorprenden del uso de la pantalla táctil. Con el Nintendo comenzó el entrenamiento de los infantes a lo que se vive ahora", menciono María Eugenia Sánchez.
Añadió que la computadora, los teléfonos celulares e Internet permiten a los menores estar conectados con el conocimiento y la información; no obstante, estos aparatos los exponen a la violencia y contenidos no aptos para su edad, por lo que es necesaria la supervisión constante de los padres, recomendó.
Opinó que gracias a la influencia de la psicología y pedagogía, ya se toma en cuenta la opinión de los infantes, tanto en la casa como en la escuela, pero muchas veces se ha caído en el extremo.
"Ahora a los niños no se les puede reprender, no se les puede tocar, pero creo que la socialización requiere de normas y directrices. Esto no quiere decir que se justifique el maltrato, eso es otra cosa, pues el infante ya es sujeto de derechos y dueño de una voz propia".
Agrego que "una realidad es que esos niños deben moverse más, hacer ejercicio, y esto no significa pelearse con la tecnología. En nuestro país, por desgracia, la educación está tan rezagada que Internet se ha convertido en fuente valiosa de información".
La experta, quien desde hace 10 años impulsa coloquios de expertos nacionales y extranjeros sobre el tema, recomendó tomar en cuenta que las transformaciones en torno al cuidado, atención y desarrollo del niño a lo largo de siglos pasados han sido enormes.
Por ello, añadió que "en México la historia de la infancia es aún un campo fértil para la reflexión y el análisis histórico sobre un miembro de la célula familiar prácticamente olvidado en la historiografía nacional".
Comentó que después de la Revolución Mexicana, comenzó a darse importancia a los derechos de los niños; en 1921 se celebró en la ciudad de México el Primer Congreso Mexicano del Niño, que dio como resultado, entre otras cosas, la educación básica obligatoria y la creación del Tribunal para Menores.
Por su parte, Antonio Machuca puntualizó que "Las nuevas tecnologías, tienen efectos que no se pueden atribuir sólo a la técnica en sí misma. Siempre están de por medio las condiciones sociales bajo las cuales se aplica. Los efectos suelen ser, en distinto sentido, positivos y adversos".
De los primeros "está el desarrollo de nuevas destrezas y facultades cognitivas que hace posible la digitalidad, para la que, además, los niños muestran una facilidad de aprendizaje y dominio impresionantes, la posibilidad de una conexión con el mundo a través de Internet.
"Entre los efectos adversos están los del aislamiento que fomentan las nuevas tecnologías: el desapego, la falta de un contacto físico y directo con los demás en un medio que requeriría de mayor sociabilidad. Hay una reducción del campo visual y una sedentarización que los aleja del desarrollo físico", consideró el investigador de la DEAS.
Ponderó que se debe buscar un balance para lograr un equilibrio entre el aprendizaje, las nuevas tecnologías y otros sistemas de enseñanza.
"Lograr un equilibrio entre las formas de aprendizaje, combinando las ventajas indudables de las nuevas tecnologías, con otros sistemas que implican la manualidad artesanal multilateral y facilitan el llamado conocimiento implícito (que es fuente de desarrollo de la inteligencia), así como la motricidad".

Sin embargo, consideró que aunque la infancia disfruta de protección específica como parte de los derechos humanos, "muchos niños en el mundo se hallan en la pobreza extrema y son objeto de maltrato de todo tipo, incluso esclavizados, así como reclutados en los grupos que contienden en numerosas guerras", finalizó.

miércoles, 14 de agosto de 2013

El sueño en los niños.

HÁBITOS DE SUEÑO
Cuánto necesitan dormir los niños según su edad




  
Durante la primera infancia, los niños dedican la mayor parte de su tiempo a dormir. Hasta los dos años pasan unas 9.500 horas durmiendo (13 meses) y 8.000 despiertos. Igual que los adultos, cada pequeño tiene su propio ritmo y sus necesidades de sueño.
Entre los dos y los cinco años, los niños están la mitad del tiempo despiertos y la mitad durmiendo. Y durante el resto de la infancia, y hasta la adolescencia, el sueño ocupa el 40% del día. Es esencial que los pequeños duerman al menos 10 horas cada noche en sus primeros años de vida.

Influye en la escuela:

Un estudio realizado en Canadá que analiza a 1.492 familias con niños de 0 a 6 años de edad, relaciona el tiempo que duermen los pequeños con su capacidad de aprendizaje, la aparición o no de comportamientos hiperactivos y el desarrollo del lenguaje.
Los niños que pierden horas de sueño de manera crónica tienen peor rendimiento escolar cuando inician la etapa de Primaria y un desarrollo del lenguaje más lento.
Esto se produce porque cuando un niño duerme menos horas de las que necesita, se está perdiendo una parte del sueño REM. Esta fase del sueño es muy importante para que el pequeño grabe en su memoria lo aprendido en el día y para que su cerebro se recupere y esté más predispuesto a aprender cosas nuevas. Por eso, es esencial que los niños duerman al menos 10 horas cada noche durante los primeros años de vida.

Horas que necesitan según su edad:

Hasta el año. El recién nacido duerme de 16 a 17 horas: 9 horas por la noche y el resto por el día. Con el tiempo las horas de sueño se reducen. A los tres meses, el bebé necesita descansar 15 horas y al cumplir un año 13 ó 14: 11 horas de noche y 3 por el día.
De 1 a 3 años. Cada niño debería dormir entre 10 y 13 horas al día. 
Entre el segundo y el tercer año, la mayoría de los niños abandonan la siesta.
Entre los 4 y 5 años. Duerme de 10 a 12 horas por la noche. Ya no necesitan la siesta, pero es bueno que descanse un ratito después de la comida.
A partir de los 6 años. Las necesidades de sueño van disminuyendo una hora cada año.
 Entre los 6 y los 8 años, el niño necesita de 11 a 12 horas de sueño, y con 10-12 años, unas 10 horas.

Psicología infantil

Psicología Infantil




Los niños viven un periodo de rápido crecimiento y desarrollo que representa una clara diferencia frente a la relativa estabilidad de los adultos. Además de los cambios físicos asociados con la maduración, existen importantes cambios sociales, cognitivos y comporta mentales que tienen profundas repercusiones para la psicopatología infantil y su tratamiento.

La edad se presenta como uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta, en la consideración y pronóstico de una conducta infantil, dado que lo que puede resultar como absolutamente normal en una edad determinada puede que ya no lo sea en otra edad (pelearse, mojar la cama, miedos o actividad sexual). Conductas de este tipo son consideradas de un modo muy distinto y tienen un pronóstico diferente según la edad del niño que las manifiesta. De hecho la mayoría de los síntomas de los trastornos infantiles son comportamientos adecuados, o por lo menos típicos en las primeras etapas del desarrollo (hiperactividad, inquietud e incluso agresión). Por ejemplo, los estudios epidemiológicos de niños normales muestran que los padres informan que aproximadamente la mitad de los niños son inquietos hiperactivos y distraibles; los síntomas más característicos del trastorno de hiperactividad con déficit atencional.
La edad también ha de ser tenida en cuenta a la hora de determinar si se ha de intervenir, la elección del tipo de tratamiento y cuándo se ha de intervenir. Esto supone una tarea complicada debido a los cambios sistemáticos en los patrones comporta mentales y emocionales que se suceden en el curso del desarrollo.
LA INTERACCIÓN - PADRES-HIJOS
Para mantener una buena relación es necesario que la comunicación sea buena y este siempre abierta.
  • Hablar no lo es todo. Es mejor hablar en un tono de voz bajo pero que conlleve una consecuencia real.
  • Las tácticas para desarrollar una buena comunicación deben adaptarse a la edad y madurez del niño/a.
El orden adecuado para fomentar una buena comunicación es pasar de más consecuencias con menos palabras cuando son pequeños, y a más palabras con menos consecuencias a medida que se acerca al periodo de la adolescencia.
En general, lo mejor es usar más DIRECCIÓN con un niño/a pequeño y más COMUNICACIÓN con un niño/a más mayor.

Cómo hablar al niño/a
  • Mírale a los ojos y fomenta que tu hijo/a también te mire así a ti. Si a tu hijo/a le cuesta puede ser útil jugar en otro momento al "Juego de las miradas ".
  • No olvides elogiarle cuando lo haga.
  • Háblale con voz firme y relajada.
  • Utiliza frases sencillas. Y evita discursos.
  • Explica a tu hijo/a los sentimientos que producen en tí sus acciones o actitudes en fugar de criticarle directamente (además de establecer consecuencias cuando sea necesario): "me enfado mucho cuando dejas tus juguetes sin recoger y tengo que recogerlos yo", " me enfado mucho cuando tardas mucho en comer y tengo que esperar para recoger la cocina y no puedo estar luego contigo leyéndote un cuento",...
  • Aprende a utilizar frases en 1a persona en lugar de en 2a. De esta manera se evitan las críticas y culpabilizar al niño/a y no dejas de expresar tus emociones con eficacia.
  • Di lo que piensas y piensa lo que dices.
Cómo entender a nuestros hijos
A continuación ofrecemos algunas ideas que puedan servir de guía para una buena relación padres e hijos:
  • Padres e hijos no son iguales en todos los aspectos. La única diferencia es la natural dependencia del niño en relación con la seguridad, el apoyo y la alimentación, que otorga a los padres una responsabilidad natural sobre amplias áreas de la vida del niño.
  • Los padres que castigan a los niños que no se comportan como se espera de ellos, no son "malos padres". El castigo sólo es malo cuando:
    1. No sirve para cambiar el comportamiento de un niño
    2. Acarrea consecuencias no deseadas para el niño
  • Los padres promueven el sentido de la seguridad en los niños cuando dicen exactamente lo que pretenden, cuando lo dicen claramente y cuando son coherentes y predecibles en su comportamiento.
  • Un niño puede desarrollar su sentido de la responsabilidad sólo cuando se le considera responsable de sus actos. Este sentido de la responsabilidad puede y debe ser enseñado por los padres.
  • La autoridad paterna no tiene porqué ejercerse de manera abusiva, mezquina, dura o dañina para el niño. No obstante, la autoridad corresponde a los padres.
  • La mayor parte de las dificultades entre padres e hijos surgen de la lucha que se establece por disponer de poder y control. Los padres deben saber cómo ganar esta batalla cuando sea necesario, de modo que puedan otorgar poder a sus hijos cuando sea más aconsejable.
Las claves para resolver la mayoría de las dificultades que los padres tienen con sus hijos consisten en establecer unas normas, marcar las consecuencias que se derivan de la ruptura de esas normas y utilizar una disciplina coherente.
Las normas efectivas contribuyen a que el niño se sienta seguro, de modo que no tenga que comportarse mal.
Un conjunto de normas define cuales son las relaciones entre los miembros de la familia, ofrece pautas para tomar decisiones y proporciona ideas sobre cómo deben producirse los cambios dentro de la familia. El procedimiento de establecer normas y límites para los niños no es inamovible pues deben irse ajustando a las circunstancias cambiantes como el crecimiento físico, la maduración intelectual y afectiva y las nuevas condiciones de la vida familiar. Si en la familia no se produce un proceso semejante, El caos resultará inevitable. Todos sus miembros sentirán inseguridad y ansiedad cuando existan falta de entendimiento y confusión en cuanto al papel que cada uno debe jugar para tener un comportamiento adecuado.

Los pasos a seguir para establecer normas son:
Observar cuidadosamente a los hijos
La mera presencia de los padres hace que el comportamiento de un niño no sea realmente el que tendría. Para entender esos "otros" comportamientos debemos ser capaces de observar a los niños sin que éstos se den cuenta de nuestra presencia. También preguntar a amigos o parientes qué les parece el comportamiento de su hijo. Cuando se observa a un niño lo que si hay que evitar es la tendencia a ser únicamente las cosas que hace mal, en lugar de observar su comportamiento general.
Una de las principales dificultades que experimentan los padres cuando observan a sus hijos deriva de sus deseos de intervenir en su comportamiento. Si usted quiere que su hijo se comporte "adecuadamente", recuerde que una intervención desafortunada sólo puede conseguir un comportamiento indeseado.

 Analizar las situaciones problemáticas
En primer lugar, averigüe cual es el problema. La mejor manera de definir un problema es identificar un comportamiento que desee cambiar.
Una de las tentaciones que más frecuentemente sufren los padres al definir un problema consiste en querer modificar el estado emocional o los sentimientos del niño. Lo más eficaz, por el contrario, es tratar de modificar el comportamiento. Si se consigue modificar un comportamiento, la mayoría de las veces cambia también el estado emocional que sustentaba ese comportamiento.
Una vez definido el problema, el paso siguiente será analizarlo. Para hacerlo necesitamos toda la información que podamos reunir: ¿Cuándo ha surgido? ¿Cómo? ¿Cuáles son sus consecuencias? ¿Qué parte de él nos corresponde? ¿Cómo reaccionamos? ¿Entendemos por qué reaccionamos de ese modo? ¿Qué nos gustaría hacer? ¿Cómo nos gustaría que se resolviese esta situación por si sola?. Para analizar cada problema lo más conveniente es que los padres, entre sí o con otra persona, sean capaces de hablar.
Tras analizarlo, el siguiente paso consistirá en considerar las distintas posibilidades para poder resolverlo. Después, convendrá revisar cada una de ellas teniendo en cuenta si somos capaces de hacer lo que cada posibilidad exija, las consecuencias probables que ello pueda tener en el niño y en nosotros mismos, y también si la solución es razonable en cuanto se refiere a tiempo, energía y dinero.

Establecer las normas
  • Las normas deben ser razonables
  • Los padres deben asegurarse de poder distinguir cuando se ha cumplido la norma y cuando no.
  • Hay que describir las normas con detalle
  • Las normas deben establecer un límite de tiempo
  • Debe existir alguna consecuencia prevista si se rompe el cumplimiento de una norma
Ser coherentes al aplicarlas
La coherencia es una manera de informar al niño de que los padres piensan realmente lo que dicen. La aplicación coherente de buenas normas promoverá el orden y la disciplina en la familia, dará seguridad y contribuirá a que todos ofrezcan una mejor disposición.
                                         Cómo tomar decisiones sobre nuestro hijo
Los padres a los que se les hace tan difícil tomar decisiones respecto a sus hijos no tienen confianza en cómo debe actuarse.
Para ciertos padres, cualquier resultado que no sea una comprensión inmediata y espontánea o una respuesta efectiva a las dificultades, es señal de su incapacidad personal. Esto es una auténtica tontería, NADIE HA NACIDO SIENDO PADRE. Por el contrario, ser padre es algo que se aprende.
No resulta sencillo adoptar decisiones sobre cómo proceder con los hijos. Tenemos que hacer lo que podamos con lo que tenemos. Como padre, usted necesitará disponer de tiempo para sentarse tranquilamente a analizar las dificultades de sus hijos y para decidir qué hacer.
Cuando los padres se muestran indecisos en relación con sus hijos, éstos lo perciben y ello afecta a sus sentimientos de seguridad y de bienestar.
Si nos equivocamos al escoger, padres e hijos seguimos juntos y podemos así corregir los errores cometidos en el pasado. Esta voluntad de actuar con decisión, incluso ante la posibilidad de cometer errores, es lo que permite al adulto adquirir cierto grado de confianza, la que a su vez le proporcionará la capacidad de corregir sus errores.
Los padres que se muestran indecisos ofrecen a sus hijos una inmejorable oportunidad para ser caprichosos y dominantes creando un clima de tensión cada vez mayor.
Cuando los padres están además dispuestos a admitir sus errores y a aprender de ellos, también están creando el clima necesario para que los hijos, a su vez, admitan sus propios errores y aprendan de ellos.
Observar su comportamiento
Cuando el niño/a empieza a actuar repentinamente de una forma distinta, es muy posible que intente comunicar algo.
Miguel de 8 años se había vuelto destructivo, rompía juguetes y cosas de la casa. Se descubrió que estaba muy preocupado por la salud de su padre, que era precaria, pero de la que nunca se hablo en su presencia. Con ayuda, fue capaz de expresar sus sentimientos y dejar de manifestar sus miedos.


Ayudarle a Expresar sus Emociones.
El proceso de enseñar a un niño/a a definir y expresar sus emociones es lento y supone mucha insistencia.
Con los niños muy pequeños es útil utilizar el "árbol del sentimiento". A medida que el niño/a se hace mayor es útil utilizar expresiones como: "Suena como si estuvieras enfadado con Juan"," Parece que te preocupa algo. ¿Qué crees que es? ",... y fuego tras una corta charla puede lograrse que el niño/a verbalice que está celoso,....
No hay que olvidar tampoco que no sólo se le ha de enseñar a expresar sus sentimientos sino que también se debe añadir una consecuencia a su comportamiento.
Tiempo para Escuchar.
Es muy importante encontrar un rato diario para hablar con nuestros hijos, en el cual nos cuenten lo que les ha pasado durante el día y sus sentimientos, de manera que se sientan libres para darnos detalles.


martes, 13 de agosto de 2013

La importancia de la lectura en los niños



La importancia de la lectura en los niños pequeños

Por: Ana Laura Delgado, directora general Ediciones Naranjo

La discusión sobre qué tanto o para qué le sirve la lectura al niño es añeja y son muchas las respuestas. Hay quienes no le dan valor alguno y hay otros que la consideran la gran solución, la panacea, que incluso piensan que quien lee será mejor persona. Lo cierto es que los beneficios de la lectura son personales, cada ser humano es individual e irrepetible, y lo que a uno beneficie o perjudique de cierta manera al otro, seguramente, le causará efectos muy distintos. Así pues no hay recetas ni reglas escritas.
Aun así, siempre con tiento, y procurando no caer en generalizaciones podemos enumerar muchos beneficios:
A través de la lectura podemos obtener información, nos hace reflexionar, desarrollar la memoria, la capacidad de observación y la de análisis, y nos obliga a poner atención, a concentrarnos.
Con la lectura ampliamos nuestro vocabulario, mejoramos nuestra ortografía y aprendemos las estructuras sintácticas, con lo cual tanto la expresión oral y como la escrita, se enriquecen, y con ello nuestra capacidad de organizar conceptos, pensamientos, ideas, sensaciones y sentimientos, y transmitirlos.
Al leer nos vemos obligados a seguir el curso de un historia, la sucesión de ideas, a darles coherencia, a ubicar personajes y escenarios, a establecer relaciones temporales y espaciales, con lo cual desarrollamos la lógica y la agilidad de nuestra mente para establecer conexiones.
Gracias a la lectura nos ponemos en contacto con lugares, gentes y costumbres lejanas en el tiempo o en el espacio, lo cual nos lleva a la recreación, a la fantasía, a experimentar lo que sienten o piensan otras personas, a escuchar otras voces, a desarrollar el criterio, a aceptar la diversidad y la pluralidad de opiniones, a entender la condición humana, a ampliar horizontes.
La lectura aumenta nuestro bagaje cultural, nos proporciona información y conocimientos, promueve nuestra curiosidad científica y nos despierta nuevos intereses y aficiones.

Al estimular nuestros sentimientos y emociones, la lectura provoca el desarrollo de nuestra sensibilidad artística, del sentido estético, de la creatividad y de la capacidad de apreciar, y disfrutar el entorno.
La lectura nos hace gozar y sufrir, nos enriquece y nos transforma, nos entretiene, nos relaja, nos divierte.
Aquí, cabe mencionar el papel que la literatura infantil ilustrada juega en el desarrollo de ciertas habilidades. La ilustración, además de estimular la fantasía en ciernes, es un recurso indispensable para el goce estético de la literatura infantil. La imagen y la palabra son dos funciones expresivas, que se reflejan y complementan tanto en el desarrollo de la función idiomática como en la estética. El niño al enfrentarse a un texto ilustrado desarrollará múltiples capacidades. En primer término a través de ella descubrirá la relación entre el lenguaje visual y el lenguaje verbal, lo cual lo llevará a realizar una serie de conexiones. Pero además, poco a poco, imperceptiblemente, aprenderá a mirar, y esas imágenes entrarán en el receptáculo de su mente y, junto con las imágenes del mundo que lo rodea, irán enriqueciendo su bagaje, dándole elementos para el disfrute y la apreciación estética.

Ahora bien, hay que decir que seguramente después de todos estos argumentos, habrá quienes aún no queden convencidos de los beneficios que reporta leer literatura. En la actualidad muchos se inclinan a pensar que lo importante en la educación de los niños es aprender un segundo idioma, estar al día en los avances tecnológicos como las computadoras, los videojuegos, etc., tener un buen nivel en matemáticas. Es decir, todo aquello que nos reporte un beneficio inmediato, que nos haga competitivos. Y es aquí cuando hay que insistir en la importancia de la lectura, muchos analistas plantean que la causa del fracaso de muchos sistemas educativos está precisamente ahí, en la existencia de profesionistas, con grados de licenciatura, maestría y doctorado, que leen libros de texto, que leen por obligación, pero que no son lectores, o sea que leen mal, sin comprender cabalmente y que a pesar de su alta escolaridad, no han adquirido el hábito y no han descubierto el placer de la lectura. Pero, qué tiene que ver esto con el aprendizaje; de hecho ya lo dijimos al mencionar todas las habilidades que la lectura promueve, pero enfaticemos: en el mundo actual, lleno de información, con herramientas cada vez más elaboradas para obtener información es necesario que el individuo desarrolle habilidades cada vez más complejas para tratar con cualquier tipo de información escrita; para realizar una lectura profunda; para buscar un dato específico o efectuar una revisión somera; para rastrear una idea, aprender a encontrar el dato que necesita, averiguar en la gran masa de informaciones de muy diversa procedencia, cuál es la que le hace falta, compararla con otra, seguir su rastro; sacar conclusiones parciales; buscar en fuentes diferente; seguir los hilos de la información; volver sobre la información reservada; repetir el ciclo una, diez veces; crear documentos provisionales, difundirlos; recibir las realimentaciones de otros. Al final —con suerte— comprender, resumir y, en última instancia, construir un conocimiento. Sí, la lectura es la llave del conocimiento en la sociedad de la información. Sin la habilidad lectora el individuo no podrá utilizar los contenidos de esta sociedad de la información —cada vez más grande y complicada— y construir con ellos un conocimiento que además luego puedan comunicar. Y la lectura detenida y extensa es la que más forma los hábitos lectores, los automatismos y las capacidades de una extracción eficiente de información. Por no hablar de la articulación interior y de la capacidad del diálogo con los otros. Para educar en la lectura siguen siendo necesarios los libros, porque los libros son las mejores máquinas de leer.

De esta manera, los libros no van a salvar a la humanidad ni nos darán todas las respuestas, pero son la única herramienta para construir el conocimiento: la lectura nos hará, querámoslo o no, más competitivos.
Más allá de todo esto, en Ediciones El Naranjo sabemos que los libros a veces son revelación, otras un simple placer sonoro, en ocasiones un mero deleite visual, otras más, son como un espejo o la traducción de una sensación, de una intuición, de una ocurrencia… y en muchas, muchas circunstancias son todo eso y más. Hemos editado textos literarios —cuentos, novelas y poesía—, textos instrumentales o informativos —sobre las bellas artes, sobre el mundo animal o de historia—, y en el momento de producir cada uno de ellos pensamos en todas estas posibilidades.
Así, en libros como ¡Ámame mamá!, No traces en ese cartón, Ojo rojo, Dos círculos centrados, Un cuadrado, un círculo y un triángulo, De nada tenemos tres, dirigidos a los más pequeños,al deleite visual se suma el desarrollo de la imaginación y de la capacidad de análisis y síntesis de conceptos relacionados con la vida cotidiana del niño.
La sucesión rítmica y el juego de los sonidos, el fluir de las palabras y su capacidad de sugerencia, la combinación de sílabas y vocablos, la repetición, el placer de decir y de oír, en fin, la función lúdica del lenguaje están presentes enRuge, Arrullo, Abrazo, ¿Qué cosa es esto?, Girando la vida, El mago abuelo y su chango desaparecido, Digo de noche un gato, Haikú. Todo cabe en un poema si lo sabes acomodar, Universo de palabras, Saltatriz y Diminuto, Trenes, El mundo desde mi cometa, Ariles y más ariles. Los animales en el son jarocho, y Zoóngoro bailongo. Cuentos de raíz jarocha.
El deleite de la palabra también está Suspiros de mar, Pessoa. Infancia sin fin,Corazón mío… Versos que laten, Zoológico de greguerías y Hojas pequeñas del tiempo, pero además en ellos el lector tendrá la posibilidad de conocer a grandes poetas de la literatura universal que en ocasiones servirán de espejo a sus inquietudes, o serán revelación de un mundo diferente o manifestación de sus propias sensaciones.
Nicalás dos veces, Tigre callado escribe poesía, Conversaciones y discusiones y Una vez un bosque, cada uno en su genero, son en sí mismos un espacio para la reflexión.
La armónica, La risa de los cocodrilos, Un pueblo lleno de bestias, La bienvenida, El deseo de Tomás, El Cuentófago, Sucedió en Alepo, El vértigo, Diario de un desenterrador de dinosaurios, El arqueólogo Sebastián, Estrellas de vainilla y Para Nina remitirán al lector, a través de la ficción, a sensaciones, ocurrencias, sentimientos o ideas propias. Serán, pues, un espejo en el cual mirarse, un referente para decir lo que cuesta tanto.
El nacimiento de las estaciones. El mito de Deméter y Perséfone, El increíble viaje de Ulises y Sueño de una noche de verano de una manera bella y sugestiva, buscan atraer de inmediato la atención del lector a los clásicos, conectándolo con sus sensaciones, sentimientos y vivencias, desarrollando sus posibilidades de comprensión y expresión.
Finalmente la propuesta estética de ¿Jugamos al teatro?, El mundo del teatro, El mundo de la danza, El mundo de la pintura, Descifrar el cielo, y Construir nidos, cavar agujeros hace que estos libros instrumentales tengan, además de su riqueza informativa, un valor lúdico.

Fomentar la lectura en los niños. Como empezar a crear el hábito.


Es muy importante fomentar en el niño el hábito de la lectura, y es ideal comenzar a hacerlo desde muy pequeño, cuanto antes empieces, mas facil será que lo adquiera.

 El mejor momento para leerle, es cuando se va a la cama y es conveniente hacerlo al menos durante 15 minutos al día.

Así el niño comenzará a hacerse el hábito de la lectura y será más factible que de grande le guste leer. Cabe recordar que los niños lectores, tienen  luego menos falta de ortografías que aquellos que no practican la lectura y que se mejora la comprensión lectora.

Para ayudarte en la tarea de formar el hábito de la lectura en tu hijo puedes tomar nota de los siguientes consejos:

- Sostenlo en brazos o siéntalo en tu regazo al momento de leerle, permítele tocar el cuento y que te ayude a pasar las hojas.

- Trata de hacer divertida la lectura, utilizando diferentes tonos de voz para los distintos personajes y haciendo expresiones con todo el cuerpo.

- Habla sobre las ilustraciones, de esta manera el niño comprenderá mejor de que se trata el cuento

- Muéstrale al niño las palabras, al leer recorre las palabras con el dedo, de esta manera tu hijo comenzará a tener contacto con las letras

- Conforme vaya creciendo, es recomendable que vea ese hábito en casa. "si tu lees, ellos leen".




Los Valores en los Niños




Los niños aprenden del ejemplo de sus padres, por lo tanto si deseamos que nuestros hijos sean niños educados  y que practiquen los valores humanos debemos poner de nuestra parte dando el buen ejemplo.
A continuación les presentamos los 10 valores que los niños deberían saber para tener éxito en sus relaciones interpersonales y en la escuela.

1. Amistad
Todos los padres saben que la elección de un amigo es fundamental para los hijos. La amistad tiene sus exigencias: Franqueza, apertura, capacidad de aceptar críticas y halagos, lealtad, sacrificio.
2. Autodisciplina
Es imprescindible para mantener el control sobre nuestra vida y desarrollo. Es indispensable para poder conseguir los objetivos propuestos en la escuela o en la casa.
3. Compasión
Es un valor que tiene en cuenta la realidad de otras personas. Es bondad, benevolencia, amistad.
4. Coraje
El coraje consiste en saber qué es lo que se debe temer. El coraje en las personas bien formadas, sale a relucir frente a las injusticias.
Los padres deben fomentar también este valor, pues ayudara a los hijos a sacar fuerzas de las flaquezas. Les enseñará a luchar fuerte, en lo que consideran retos de estudios, trabajos o relaciones.
5. Fe
Es la virtud que añade una dimensión trascendente a la vida moral de la humanidad y une a la gente, de una manera inimitable por otros medios. Los padres deben inculcar a sus hijos, desde pequeños, los principios de la fe, para que estén preparados para que cuando llegue la edad de tomar decisiones puedan distinguir lo bueno y lo malo de lo que se les ofrecen.
6. Honestidad
Es la capacidad de decir y hacer la verdad. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, pero necesita práctica y estudio para conseguir la integridad.
Los padres deben enseñar con su propio ejemplo todas las variantes de la honestidad.
7. Lealtad
La lealtad es la verdadera unión con la familia, religión, amigos, profesores y grupos con los que hemos decidido identificarnos. Siempre intentaremos que la lealtad sea mutua.
8. Perseverancia
La perseverancia es crucial para el éxito, si está unida a la inteligencia práctica. Ha sido siempre un ingrediente esencial para el progreso humano.
9. Responsabilidad
Significa tener la capacidad, madurez y responsabilidad de responder de nuestros actos. Las personas maduras, son las que se hacen cargo de si mismas y de sus conductas.
Educar a los hijos en la responsabilidad empieza, desde muy pequeños en la casa, con el cumplimiento de pequeñas tareas.
10. Trabajo
El trabajo es el esfuerzo aplicado, en aquello a lo cual nos dedicamos para lograr algo. No es la tarea con la cual nos ganamos la vida, si no aquello que hacemos con nuestra vida.
Para ayudar a nuestros hijos a que sean felices y que disfruten de la vida, necesitamos ofrecerles dos cosas: La práctica en hacer varias cosas que requieran un nivel de esfuerzo y compromiso, compatible con cierta inversión personal en la actividad y el ejemplo de nuestra propia vida.


miércoles, 7 de agosto de 2013

Valores

Los valores son los elementos esenciales que determinan el curso de nuestra vida.
 Es necesario inculcar valores importantes en los niños,
 para ayudarles a crecer en mejores seres humanos.

martes, 6 de agosto de 2013

Bebé de un año juega Angry Birds



EL IMPACTO DE LAS TIC A TEMPRANA EDAD

En esta época la tecnología, está jugando un papel muy importante

con nuestros niños,desde temprana edad ,

es un fenómeno que lo podemos encontrar a nivel mundial,

su rapidez con la que aprenden 
a manipular todos estos aparatos es impresionante.

En mi niñez no habían celulares, no había internet,

nuestras distracciones,

juegos y nuestra forma de aprender 
eran muy diferentes,hasta los regalos que se pedían de cumpleaños

y de navidad

porque en esa época se pedían 
juguetes, los niños de hoy en día y futuras generaciones

piden celulares entre otros aparatos tecnológicos.
En la conferencia "En tic confío" de Vanessa Arroyave se nos mostró un video

de una bebé de dos años que 
confundía una revista con un ipad, es evidente que dentro de un tiempo,

no muy lejano, todo a nuestro alrededor 
será aún más tecnología, nos moverá mucho más que ahora,

hasta los dibujos animados que ven les enseñan sobre 
el uso e importancia de estos dispositivos.

Cuentos infantiles

Sin internet

De vuelta al Jardín

Pixton para divertirse

La adaptación al Jardín de Infantes






La Adaptación al Jardín de Infantes

El jardín abre al bebé las puertas de un nuevo mundo, ya que supone la sociabilidad y el contacto con otros ajenos a la propia familia. Aquí, algunas pautas para que la transición sea armoniosa.

                                                        


Despertarse más temprano, partir de casa todas las mañanas o las tardes y dejar de ser el “rey de la casa” para entrar en permanente contacto con otros chicos son sólo algunos de los desafíos que enfrenta el bebé cuando comienza  a asistir a un jardín de infantes. Los padres, por su parte, no sólo deben adaptarse a esta nueva situación, sino que sienten la enorme responsabilidad de tener que elegir cuál es el mejor lugar para reemplazar por unas horas su hogar.

De acuerdo con UNICEF: “El jardín cumple una función muy importante en el desarrollo del niño, ya que completa la acción educadora de la familia. En el jardín, los chicos aprenden a compartir con otros, a conocer sus posibilidades y limitaciones, enriquecen su lenguaje, incorporan hábitos, etc. Y todo eso es sumamente beneficioso para su vida y su futuro desempeño en la escuela”.


La Famosa Adaptación
  
El comenzar el jardín supone la adaptación del niño a este nuevo ambiente. Para la adaptación no existe una receta mágica, ni un manual de instrucciones que podamos aplicar. Teniendo en cuenta que cada niño es diferente y que son sus papás quienes lo conocen mejor, la adaptación no será un hecho que se dé de un día para el otro, sino un proceso gradual y progresivo, a veces con altibajos y que, además, puede durar semanas. Es una situación activa llena de emociones, miedos, ansiedad, dudas y deseos que se dan simultáneamente. Para el chico supone un mundo lleno de incertidumbres. Por un lado está el deseo de rodearse y conocer compañeritos y, por el otro, el temor a separarse de mamá, papá, una abuela o alguna persona de su confianza.
 La Lic. María Elena Manso, psicopedagoga clínica, afirma: “El inicio del jardín siempre supone el primer contacto de socialización, el momento en que por lo general el niño sale por primera vez del núcleo familiar. Allí empezarán las pautas y las normas. Un niño a los 20 meses es totalmente egocéntrico (no por egoísta sino porque necesariamente se encuentra centrado en sus propias necesidades desde el punto de vista psicológico) y la situación del jardín lo obliga a aprender a compartir. A esta edad, los chicos quieren todo para ellos, lo que a veces puede dificultar la convivencia armoniosa con otros. Y no es raro que se generen peleas y llantos en el grupo”.


Pero no todos los niños se adaptan de igual manera y al mismo tiempo. “Si hablamos de un niño de 20 meses, la adaptación no será de menos de dos o tres semanas hasta que se habitúe al ritmo. El que va a dar la pauta es el mismo chico, por lo que, como padres, debemos estar muy atentos a las señales que nos manda. Si se angustia, llora más de lo común, se enferma o da trabajo para comer es señal de que el chico no está bien y puede generarse un efecto no deseado, que es el de la sobreadaptación”, explica la psicopedagoga y agrega: “Esto significa que el chico se termina adaptando por fuerza pero sin disfrutar de la nueva actividad. Por eso hay que ser extremadamente cuidadosos porque la primera adaptación al jardín supone la matriz de la relación futura del niño con el aprendizaje”, concluye. En estos casos, lo que se aconseja es que el período de adaptación se prolongue hasta que se lo vea bien. Naturalmente sin experiencia previa es muy difícil para una madre saber si su hijo se está adaptando bien al jardín, por eso es tan importante confiar en la experiencia de la maestra y de la institución elegida.


Manuela y Agustín son papás de María, de dos años, que empezó el jardín hace sólo unos meses: “María es súper sociable, pero le costó adaptarse al hecho de tener que compartir permanentemente con otros. Al no tener hermanitos, me parece que no estaba obligada a hacerse un lugar –afirma Agustín- Al principio hacía unos berrinches terribles, pero ahora está muy contenta de ir al jardín todos los días, parece que lo disfruta y se hizo varios amiguitos”, cuenta orgulloso.




Algunas pautas para tener en cuenta para favorecer la adaptación los primeros  días:


- Lo primero que hay que hacer es acompañarlo a recorrer el ambiente físico del jardín para que no le resulte extraño cuando se quede solo. El baño, el bebedero, la salita.
- También es importante que conozca con tiempo a la maestra para que se familiarice con ella.
- Si el chico se separa de sus padres por primera vez, durante un tiempo necesitará que se lo tranquilice más que a un niño mayor o más experimentado.
- Se lo deberá preparar para “el gran día” y hablar de la experiencia del jardín como muy positiva.
- Durante los primeros días sería conveniente que papá o mamá se queden en la sala o fuera de ella pero a la vista del chico, para que el bebé se adapte al juego. Esta graduación (tiempo dentro de la sala, tiempo fuera) la supervisa y dirige cada maestra en función de su experiencia, de las directivas de la institución en la que trabaja y en función del proceso de todo el grupo de niños que tiene a su cargo.
- Conviene reforzar al niño que se lo volverá a buscar sin falta. 
- A la hora de la adaptación, también puede ser útil que se le permita asistir al jardín con algún juguete o su mantita preferida, como forma de llevar al ambiente nuevo un elemento conocido. Esto debe ser consultado con las maestras, porque muchas no favorecen esta práctica ya que puede incitar a las peleas por juguetes entre los niños.


Un dato importante: Una vez concluida la fase de adaptación, las despedidas de los padres cuando dejan a su hijo en la sala deben ser firmes, alegres y breves. Hay que evitar algo que Ana, maestra jardinera, marca como un error por parte de los padres y que confunde a los chicos: “Son muchos los padres que hacen sus despedidas demasiado largas. Vacilan, vuelven para otro beso más. El niño dice: `Eh, tampoco mamá quiere dejarme aquí´. Los papás deben demostrar una confianza que indique: `Te estoy dejando en un buen lugar´”.

Conviene tener presente que cuando llega la etapa del jardín no es sólo el chico el que deberá afrontar el cambio. Para los papás también supone un cambio y una adaptación. Si la hacen juntos, dialogando en familia y hablando de las sensaciones que esto les genera, el margen para la angustia será mucho menor y las posibilidades de éxito se incrementarán notablemente.

lunes, 5 de agosto de 2013

Los niños aprenden lo que viven

Los niños aprenden lo que viven.


Si un niño vive criticado.
Aprenderá a condenar
Si un niño vive con hostilidad.
Aprenderá a pelear.
Si un niño vive avergonzado
Aprenderá asentirse culpable.
Si un niño vive alabado
Aprenderá a apreciar.
Si un niño vive con honradez
Aprenderá a ser justo.
Si un niño vive con seguridad
Aprenderá que es fe.
Si un niño vive con aprobación
Aprenderá a quererse a si mismo.
Si un niño vive con cariño y amistad
Aprenderá a encontrar amor en el mundo.

CARTA DE UN NIÑO PARA TODOS LOS PADRES DEL MUNDO

CARTA DE UN NIÑO PARA TODOS LOS PADRES DEL MUNDO



NO me des todo lo que pido.
A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo recibir.

NO me grites.
Te respeto menos cuando lo haces
y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.

NO me des siempre órdenes.
Si en vez de órdenes a veces me pidieras las cosas
yo lo haría más rápido y más a gusto.

Cumple las promesas, buenas o malas.
Si me prometes un premio dámelo, pero también si es un castigo.

NO me compares con nadie,
especialmente con mi hermano o hermana.
Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir,
y si me haces lucir peor que los demás, seré yo quién sufra.

No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer,
decídete y mantén esa decisión.

Déjame valerme por mí mismo/a.
Si haces todo por mí, yo nunca podré aprender.

NO digas mentiras delante de mí,
ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro.
Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.

Cuando yo haga algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice,
a veces, ni yo mismo lo sé.

Cuando estés equivocado en algo admítelo
y crecerá la opinión que tengo de ti
y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.

Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos,
ya que porque seamos familia,
eso no quiere decir que no podamos ser amigos también.

NO me digas que haga una cosa si tú no la haces,
yo aprenderé y seré siempre lo que tú haces, aunque no lo digas,…
pero nunca haré lo que tu dices si no lo haces.

Enséñame a Amar y a conocer a Dios,
no importa si en el colegio también me quieren enseñar,
porque de nada vale si yo veo que tú ni amas ni conoces a Dios.

Cuando te cuente un problema mío NO me digas:
“No tengo tiempo para bobadas” o “Eso no tiene importancia”.
Trata de comprenderme y ayudarme.

Quiéreme y dímelo.
A mí me gusta oírtelo decir,
aunque tú no creas necesario decírmelo.

En definitiva, habla conmigo,
el diálogo entre nosotros es siempre lo más importante.

(Autor Anónimo)